El mundo del arte y de la ingeniería, en principio, no tienen mucho que ver. En el argot gastronómico sería algo parecido a intentar unir el agua con el aceite. Parece algo imposible. Hasta ahora. Los pamploneses Patxi Larumbe Beramendi y Daniel Rico Aldaz, de 53 y 38 años de edad respectivamente, han combinado ambos mundos. El resultado, un universo de casi infinitas posibilidades creativas en la gastronomía. La cocina digital ha llegado.
En su garaje de Cizur Menor, al más puro estilo de Steve Jobs, han creado la start-up Cocuus, iniciativa empresarial seleccionada por la aceleradora Orizont y donde Sodena también participa en su capital con 20.000 euros. Patxi Larumbe y Daniel Rico han diseñado y desarrollado una máquina que, además de cortar y grabar en todo tipo de alimentos, puede cortar y grabar en madera, cuero, tela, plástico, siliconas, espumas, poliestireno, y una gran gama de materiales auxiliares para fabricar todo tipo de moldes y máscaras. Además, cuenta con un cabezal intercambiable que permite imprimir materiales viscosos como chocolate, mermelada, queso fundido, nata, queso de untar, crema o foie gras.
Con esta tecnología se han realizado las creaciones que se pueden apreciar en las fotos que acompañan estas líneas, y que han hecho que el mismo Ferrá Adriá se encuentre en la lista de clientes de esta empresa. Patxi Larumbe explica que el chef continúa siendo el protagonista de la elaboración del plato. “La máquina solo dispone. El valor que aporta esta máquina es que el chef tiene a su alcance un sinfín de maneras de presentar sus platos. Y no solo eso. También conseguimos cumplir una reivindicación de la profesión. El cocinero puede fabricarse sus propias herramientas”, relata mientas muestra un rodillo que él mismo ha realizado para grabar en masa de hojaldre un motivo de Sanfermín.
La idea que inspiró la creación de esta empresa surgió durante una cena: “Un día decidimos utilizar toda nuestra mecatrónica, fresadoras de control numérico, sistemas de corte láser para ‘construir’ la cena para unos amigos, y sorprenderles. Así cocinamos los alimentos que se sirvieron en una cena del Casino Principal de Pamplona. La sorpresa fue tan intensa entre los asistentes, que nos dimos cuenta que sería factible crear una herramienta para hacerlo. Pensamos que si tuviese un precio razonable, sería muy comercializable”.
En ese momento comenzaron a diseñar un primer prototipo basado en sus conocimientos de máquinas de corte láser. El precio en el mercado de estas máquinas es de unos 80.000 euros. Su objetivo era rebajar el precio, en algunos casos, hasta los 2.000 euros.
La empresa, constituida en junio, ya ha dado pasos importantes. Han testado su prototipo en el restaurante Baserri de Pamplona para detectar los puntos de mejora. Dentro de su plan de negocio tienen previsto presentar la tecnología que han desarrollado en Madrid para comenzar a comercializarla.
La máquina es solo una parte del proyecto, que consiste en crear una base de datos en Internet, donde los usuarios compartan las creaciones bajo un control de calidad para que el cliente que compre la máquina, adquiera una inmensa gama de posibilidades e ideas para darle uso. “Los límites los pone el cocinero”.
Diario de Navarra